Porque cruzo mutilados caminos
por donde otros látigos
dejaron su método.
Reinvento huellas
para poder escaparme
o encontrarme luego
anclado en cualquier desayuno.
Sometido al dolor del sol,
a la mañana despiadada
bañándome de rendijas
el alma.
Muerdo un silencio
que al instante
salpica el grito.
Una bocina cruje cercana,
le arrojo mi silbido
para ver si gano esta pelea.
Pido alas a un pájaro
que atina a mirarme
con gesto comprensivo.
De vez en cuando suspiro,
exhorto al perro
para que me regale
un sueño.
Miro mis manos,
aplaudo como loco
me aprieto el pecho,
invoco a la duda
pero nada surte efecto.
Ser humano francamente
ya no tiene ningún sentido.
Derechos Reservados de autor 2012
Héctor Delaloye Echavarría
Bellos pensamientos,que son como un ensueño del diario caminar, de aquel que recorre este mundo tan pequeño.....
ResponderEliminarMe alegra mucho que sea de tu agrado Carmen. Un placer contarte entre mis seguidores.
ResponderEliminarAbrazos gigantes!
En muchas ocasiones me he sentido así, cubierta con el desencanto, acompañada del sin sentido. Y sólo tú, poeta tienes la habilidad de permitirnos lucir el vestido de la empatía y cubrirnos con tus sentires. Muy hermoso poema y de gran emotividad,tal y como nos tienes acostumbrados admirado poeta.
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