Es este vulgar apetito,
el deseo carnal por beber
de tu boca.
Saborear el manjar de tu cuerpo,
sueño por sueño,
tarde a tarde.
Por ser jinete de tu estribo,
condenado y preso en tu cárcel.
Como en un cuenco inmóvil
aprender a ser tuyo
y desaguarme.
Atravesando con mis dientes
la porción de tu calma.
Palmo a palmo,
roce a roce,
piel con piel.
Como si fueras un fruto maduro
y yo bebiera en tu cálido vergel.
En praderas de la noche
sembrar el musgo del deseo.
Cosechar de tus manos
cada gota de silencio.
Herirte de ansias locas
como una lava que no se detiene.
Un agua de íntimo caudal
que nada toca
y todo contiene.
Ánimo de soledades
y piernas embebidas.
Susurros en paredes pálidas
con labios inconscientes.
Es este vulgar apetito
por devorarte el alma,
a beso limpio,
en temblores lentos.
(Der.Reservados-2010) Héctor Delaloye Echavarría
Me encanta el poema. Gracias por traerme hasta aquí. Un beso.
ResponderEliminarGracias poetisa por pasar, es un orgullo gigantesco para mi que lo hagas.
ResponderEliminarBeso para tí también.
¡Cielos, que exquisito poema! Tan deliciosamente salaz. Es grato leerte experimentando con la poesía erótica, el resultado es maravillosamente hermoso.
ResponderEliminar