¿Qué puedo decir ahora?
Es mi corazón el que no aprende.
Ningún escarmiento alcanza,
no importa el dolor.
No interesa con cuántos duelos
cicatrizará finalmente
mi alma.
No es relevante la nieve
que ha cubierto el recuerdo.
No importa la tristeza fina
adhiriéndose a la arena
de mi playa.
¿Qué debo creer?
Es el corazón el que no arde
si en mis labios
enciendes tu beso...
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