Apenas abres tus ojos
yo me escapo de los sueños.
Salgo en puntas de pié,
distraído, al desnudo,
simulo que no me hablan
para que la noche pase
y no se dé
cuenta.
Me confiesas que anoche te dolí
mucho.
Dices que he sido
demasiado cruel con tus huesos.
Que mastiqué tanto tus deseos
que te he dejado en duelo el alma.
Perdona pero es lo que acostumbro,
Nada hago mejor que matarte.
Consumirte entre mis venas
resulta siempre tan placentero,
palpitante.
Entre las líneas del horizonte
venero siempre el poder renacerte,
desnudarte el alma,
borrarte de nuevo y sin preámbulos.
Estás siendo demasiado atractiva
no controlo ya mis piernas.
Se van hacia ti,
me dejan en el camino,
a la simple vera.
Estoy cayendo
en una adicción
inquietante.
Ensañarme contigo.
Gracias, Hector por este poema maravilloso hecho de la más sana sensualidad, un texto diferente, espejo de una plenitud interior en el otro que se ama. Belleza pura. Gracias y un abrazo.
ResponderEliminarJeniffer Moore
Miami, FLorida, USA
¡¡¡Mil gracias por pasar poetisa!!! Para mi es un gran honor que lo hagas.
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