ME ESTÁS DEBIENDO algo tú a mi,
en viejo lugar tienes
algún pedido mío.
No sé si lo has abandonado,
si lo has guardado
en tu injusto bolsillo.
Dime ¿qué lo has hecho,
dónde ha quedado relegado?
¿Con cuáles milagros?
¿Por otro motivo?
Yo lo recuerdo todavía.
Nació de mis labios trémulos
como madre dando a luz un niño.
Era como un brote de hierba
tersa y dorada
en un desierto infinito.
Fue una oración de esperanza,
como se espera en un naufragio una
balsa,
o solitario en un rincón
se extrañan los amigos.
No conozco de tu tiempo,
tampoco de tus argumentos
o si habrás de cumplirlo.
Pero dame una señal
para saber si lo harías.
Dame la tuya de cal
por las mías de arena que han ido.
Aún recuerdo las palabras justas,
a cada letra en su lugar,
las vocales
en justo sitio.
Pero tú estarás calmando
los pesares del hambriento,
a los débiles de pensamiento,
encerrando ladrones,
condenando asesinos.
Estarás resolviendo otros hechos:
El por qué del inocente muerto
la pedantería que nos invade,
el dolor,
y todo este vandalismo.
Estarás ataviando iglesias,
respondiendo falacias
de mármol y aluminio.
Mi pedido era simple;
para ti algo sencillo.
Suficiente un suspiro,
te bastaba un meñique
para poder eximirlo.
Pero estarás con otras
ocupaciones,
escuchando otros sectores,
concentrado en otros sitios.
Y yo quedé en el fondo de tu
frasco,
en un atajo olvidado de mi
destino.
Me dejaste para lo último,
como un débil cordero
para un lobo hambriento
y mezquino.
Me estás debiendo algo,
algo que fuera presuroso,
que fuera celoso pero sin egoísmo.
Me debes aquel pedido simple
como el aire o la brisa,
como esta tinta que no cicatriza
a todo mi versolibrismo.
No sé si recuerdas,
no sé que has hecho con él,
si lo has escondido.
Dime ahora mismo,
dime si lo cumplirás,
pierdo el tiempo
y no es solo tiempo mío.
He dejado de creer en tu arenga,
en tu sobrevaluada grandeza
de vencido altruismo.
Hace tiempo he dejado de rogar,
de arrodillarme al borde de camas,
no busco sumisión
en falsos símbolos.
Dime: ¿Qué has hecho de mi pedido,
dónde ha quedado relegado?
¿Entre cuáles milagros?
¿Sabes? A veces pedimos y pedimos con la condición y aceptación de hágase tu voluntad y cuando la volutand de ese a quién clamamos no es la que esperamos, nos confrontamos en contra de él, de lo aprendido...Finalmente, con el tiempo, te das cuenta...que el plan divino...no tiene errores..Yo lo viví con el muerte de mi padre en manos de unos canallas, me resentí en contra de el creador, por la forma en que me fue arrancado mi viejo querido, mientras esos asesinos aún andan libres...hoy día, después de un año...voy recuperando la fe, necesito creer que hay alguien que me puede escuchar en los momentos difíciles y donde ya no existe la meno esperanza...me aferro. Por otra parte, muy hermoso poema, hasta para recriminar un olvido, lo haces de manera exquisita, que seguro sí él, lee este poema, sus mejillas se teñirián de grana por ese gran olvido.
ResponderEliminarCoincido en gran parte de tu comentario; solo que en tema de religión y creencias jamás discutiría ni discuto porque nunca llegaríamos a un acuerdo.
ResponderEliminarNo creo en planes divinos ni en seres todopoderosos, el escepticismo me hace mantenerme más vivo a cada paso.
Me alegro que te haya gustado, como siempre, me congratulan tus comentarios.
A propósito, te comento que pronto empezaré a publicar en un diario rosarino...estoy súper contento...