Me desvela un nombre,
hago jirones
de sal
con la angustia.
voy exiliando
palabras
que no duermen.
Dentro
de mis ojos,
Me desvela un nombre,
hago jirones
de sal
con la angustia.
voy exiliando
palabras
que no duermen.
Dentro
de mis ojos,
La amplitud
se adhería a las formas,
superficies y
contradicciones
que no vacilaban
en suicidarse.
Allí viene una sombra
a poblar la otra,
ahora un silencio
obteniendo alas.
Más allá,
inquebrantable,
mi pensamiento intenta
arácnidos refugios.
Dice que habita
el fondo de mí,
desde el aljibe
del pensamiento
hasta al viento
desenfrenado
que asusta
mis lejanías.
Dice que vino
con sus estadías
a acompañar
mi abandono,
que se entusiasma
si lee mis letras
por encima
de restricciones,
entre líneas,
sobre esta
incomprensión
donde me explico
con versos rotos