jueves, 8 de marzo de 2012

Sopor De Bibliotecas. (Fragmento)


La biblioteca sonaba lúgubre,
germinaban tumbas por todos lados,
sellados rumores en lápidas marrones.
Incongruentes deseos
flotaban hacia ninguna parte.
Un ejército pasó sin pena ni gloria
y supe que Neruda andaba cerca.

Ahora es el mar, son las rocas,
las lluvias difíciles,
el alba encendiendo antorchas,
un tren sospechoso, un tripulante que espera.

Nadie en el banco de la plaza,
nadie en el recodo de la biblioteca.

Me retiro vacío,
soñando a soñadores anteriores,
a hundirme lentamente en una triste playa
asediada de espumas rojas.

A seguir los pasos de Alfonsina,
pero solo hasta verla desde lejos.

Héctor Delaloye Echavarría

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